Llevaba mucho tiempo meditando sobre si realmente era una necesidad o un capricho. La vida a veces nos hace carecer de unas cosas y no desearlas y otras veces nos convence de tener necesidades, cómo decirlo: absurdas. El caso es que al darme cuenta de mi edad y de los ingresos que tengo, me ascendieron a director general hace un mes, no pude dejar de pensar en la posibilidad de hacer por fin familia. Lo consulté con mi pareja, y para mi sorpresa no le molestó la idea, me dijo literalmente: prefiero tener suegra antes de hacerme demasiado mayor. Para mayor fortuna siempre habíamos estado de acuerdo con la adopción. Ni corto ni perezoso me fui al día siguiente a tramitar los papeles para tener padres, si padres, papá y mamá, ya que siempre hemos dicho que si hacemos familia iríamos a por la parejita. Sin embargo las cosas no son nunca tan fáciles, siempre aparecen obstáculos, en este caso llegaron a la hora de decir mi edad, tuve que mentir. También se planteó el problema de elegir el lugar de procedencia. No había caído en ese detalle, así que desde la misma oficina llamé por teléfono a mi pareja y le comenté que había dos posibles parejas de padres, una en La Coruña y otra en Cádiz...continuará.
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