Páginas

La Shoah. Il giorno della memoria.

Imagen: Matías Miguel Clemente. Auschwitz



De los seiscientos cincuenta que íbamos en aquel tren, las cuatro quintas partes perecieron aquella misma noche o la siguiente, enviados directamente a las cámaras de gas. En aquel escenario siniestro, en plena noche, bajo los focos, con toda esa gente que gritaba –gritaban como nunca se ha oído gritar, gritaban órdenes que no comprendíamos–, bajamos de los vagones y nos pusimos en fila, nos hicieron poner en fila. Delante de nosotros había un suboficial y un oficial –después supe que era médico, pero al principio no lo sabíamos–, y preguntaban a cada uno si podía trabajar o no. Me dirigí a mi vecino, era un amigo, un muchacho de Padua mayor que yo y en mal estado de salud, y le dije: yo pienso decir que puedo trabajar. Y él me contestó: haz lo que quieras, a mí me da igual. Ya había abandonado toda esperanza. De hecho, se declaró incapacitado y no entró en el campo. No volví a verle nunca más, como a ninguno de los otros, por lo demás.

Primo Levi. Scrittore torinese.

2 comentarios:

srta. cora dijo...

Mira, cambio de look!

Sigo esperando el mail con aquello que me dijiste en La ROda que me ibas a enviar... pero soy paciente.

Besos desde esta pre-primavera en la Mancha.

Ciao!!!!!!!!!!!!!!!!

matías miguel clemente dijo...

Sí, claro que me acuerdo, pero esto me está trastocando todo un poco...ya te cuento en un mail¡¡¡