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Imagen: Matías Miguel Clemente
LA CICATRIZ


A cada hombre le tendríamos que hablar en una

lengua distinta.

a cada amigo le tendríamos que hablar con una voz

distinta

para que nos pudiese comprender,

pero la lengua personal es tan fiel a sí misma,

tan incomunicable

que las palabras son como ataúdes

y sólo llevan de hombre a hombre

su andamio agonizante,

su remanente de silencio

y su estertor,

como aquella mañana

en que al sentarme en el autobús

vi a mi lado una antigua moneda romana,

una medalla

o una lápida

que hablaba masticando las palabras:

era una campesina ya embebida

por la intemperie de la noche a tientas

y de la vida a ciegas,

que me miraba con un poco de luto en las pupilas

como queriéndome abrigar,

y yo no supe contestarle,

y yo callaba junto a ella

porque mi lengua personal es inventada,

literaria y enfática,

y como no me sirve para hablar con un obrero o con un

niño,

y como no me puede dar la absolución,

a veces tengo que ocultarla como se oculta el dinero en

la cartera,

a veces tengo que callar,

como hice entonces,

sintiendo de repente

la incomunicación

igual que el aletazo de un murciélago

con su golpe de trapo,

y su asco parcelado sobre el rostro

donde el labio que calla va convirtiéndose en cicatriz.


LUIS ROSALES



Todavía buscan a este hombre y a su gato por las calles de Granada, preguntan a los confidentes que habitan hasta las más altas horas de la madrugada, estaba investigando algo, algo oscuro...eso seguro...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

a grana hemos de ir en busca de este hombre, de este amigo, que da abrigo y tiene un amigo
kikirimiau

FASB dijo...

Me encanta el poema,es verdad que a veces es imposible la comunicación.

(qué gran foto, si hasta te das un aire a sean penn!)

Anónimo dijo...

que dejen de buscarlo en granada.
le he seguido la pista hasta atenas.
y el gato, lleva coleta!!!