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the unfinished book

Imagen: Matías Miguel Clemente, Atenas.
ser nadie no significa lo mismo que no ser, ser nadie implica la sustancia e implica la enorme conjunción de elementos que nos someten, para ser nadie es necesario ser, existir o permanecer según se mire, sin embargo no ser es algo contingente, no implica ninguna materialización ni sometimiento a reglas ni normas ontológicas. Ser nadie proviene del onto, del núcleo del sintagma; es necesario ser. Para ser nadie hay que saber ser, si se quiere manifestar la no-postura hay que hacerlo lejos de la no-sustancia, ser nadie necesita inevitablemente de una constitución, elemento, constituyente, componente, principio, fundamento, materia, ser, esencia, naturaleza, entidad, espíritu, alma, fondo, médula, meollo, enjundia, importancia, trascendencia, si no se convierte en una mera impostura. Más allá, el ser nadie no puede proclamarse poéticamente como si uno fuese una ameba o una tripa de fuet, Descartes partió del cogito para sostener que él mismo es sólo una sustancia pensante, ni tan siquiera el escéptico radical puede negar la existencia del pensamiento ya que su negación sería un pensamiento más. Y puesto que asumimos nuestros códigos como los esencialmente útiles para la elaboración de otros códigos con los que manifestarnos pues pongamos la carne en el asador y seamos nadie, pero sabiendo que se es un ser pensante. La poesía requiere una implicación real del autor aunque se invente o se reconstruya en forma de Otello o de la Barbi, hay que ser honesto en la escritura, y la verdad es que hay más amebas que poetas. Creo que para ser honestos hay que utilizar más y mirarse menos EL ONTO.


A escribir he aprendido de los amigos,
pero sin ellos. Tú me has enseñado
a amar, pero sin ti. La vida
con su dolor me enseña a vivir,
pero casi sin vida, y a trabajar,
pero siempre sin trabajo. Entonces,
entonces he aprendido a llorar,
pero sin lágrimas, a soñar, pero
no veo en sueños más que figuras inhumanas.
No tiene ya límites mi paciencia.
No me queda paciencia para nada, nada
queda ya de nuestra fortuna.
También a odiar he acabado aprendiendo
de los amigos, de ti, de la vida entera.

BEPPE SALVIA. Potenza 1954- Roma 1985

2 comentarios:

FASB dijo...

Me encanta el poema! De su autor solo conozco el nombre y la forma en que se suicidó (se cortó las venas en una reunión de amigos y salió corriendo. Lo encontraron muerto en una avenida,no precisamente al lado de donde se cortó las venas, justo en la misma que aparecía en una postal que había mandado a sus amigos unos días antes).

Quizás te guste la novela de Benjamín Jarnés "Locura y muerte de Nadie".

Ciao, caro!

Anónimo dijo...

Ya veo que te trata bien la multinacional...me alegro. Que grande la historia del suicidio!!! Mi humor negro agradece este tipo de historias dentro del mundo rosa en el que vivo. A ver, que te cuento varias cosas (numeradas y con frases cortas, que tengo la redacción lenta, lenta):
1º Hola a ti también...estas son las cosas de las que puede presumir una...
2ºYo también vi al exorcista, pero me decepcionó no encontrar a cierto hermanísimo
3º Menuda investigadora me estoy volviendo...lo malo es que no me llevé la cámara...y tenían la casa llena de gatos...ERROR, ERROR
4º Hay un concierto de Astrud en una plaza de aquí al lado...seguro que tú sí sabes quienes son
y 5º Vuelvo en unos 10 días...me darás audiencia????
Besos (para ti y para Amparuqui)