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Open my Port

Imagen: Matías Miguel Clemente. ( Aitor y Araceli un día de visita al yacimiento de Alarcos)
Era uno de los últimos pueblos que nos quedaba por visitar aquella tarde, llevábamos casi dos meses haciendo nuestro trabajo por la provincia, encantados de ir juntos a recorrer toda la zona de La Mancha conocida como el Campo de Calatrava, origen de innumerables historias y batallas y lugar de nacimiento de la archiconocida Orden de los Calatravos o de Calatrava, orden cisterciense que se une a las muchas órdenes que se dieron lugar en la península. No voy a contar una historia en plan Down Brown, la que hoy me tiene aletargado es mucho más sencilla y por eso muchísimo más patética en el sentido primigenio de patética ( adj. Que es capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes, y con particularidad dolor, tristeza o melancolía.). Estaban siendo días muy calurosos y la mayoría de los pueblos que visitábamos no eran más que unas cuantas casitas encaladas con las que el sol se ensaña sin piedad alguna y en las que se refugian los lugareños hasta que empieza a caer la tarde que es cuando aprovechan para perpetuarse en una silla de mimbre a las puertas de su hogar y de la calle. Sin embargo esta estampa tan bucólicamente rural se ensombrece cuando son las cuatro de la tarde, no está ni Dios en la Iglesia, los bares o el bar que hay abierto en cada pueblo arde y con él los aperitivos preparados por la mañana, haciéndo del local un lugar donde el tedio es la tapa principal. Nos encontrábamos a la entrada de un pueblo llamado Villar del pozo, necesitábamos saber qué camino habíamos de recorrer para llegar a Ballesteros de Calatrava y nos decidimos a buscar a alguien a quien preguntar, no hizo falta recorrer mucho espacio, habíamos parado el coche al lado de la parada de autobus que la Junta de Calamidades de Castiga-La Mancha tan generosamente había colocado en todos y cada uno de los publecitos de la región. Parecía en un principio que allí no había nadie, ya que además de ser horas intempestiva, el sol cubría la casi totalidad de la parada, sin embargo una de las esquinas de la parada retenía algo de sombra, cosas de la geometría, y al mismo tiempo escondía unas piernecitas blancas, débiles y llenas de pequeñas manchas producidas por la vejez, le comenté a mi compañero con voz bajita que había una señora mayor sentada y fuimos entonces a preguntarle por dónde podíamos ir al siguiente pueblo, después le preguntamos si el pueblo en el que estábamos era muy grande y nos comentó que era muy pequeño pero que al mismo tiempo era muy tranquilo y que los habitantes estaban muy felices allí, sin embargo ella no parecía tener cara de disfrutar ni tan siquiera de una benévola sombrita. -Hombre, ahora con todo esto del aeropuerto, pues estamos algo alborotados, nos comento con bastante sorna. -No les gusta? -le preguntamos. -Pues no es que nos guste porque por ejemplo mi hija vive en Barcelona y viene muy pocas veces y además en coche y seguro que ahora puede venir más veces. -Entonces es bueno ¿no?. -Nosotros, mi marido y yo teníamos un huerto allí delante- nos señala con el dedo- y era nuestra mayor ilusión, nos lo han quitado por cuatro perras. Poco parecía importarle que su hija viniera con más asiduidad.
Me imagino que para esta como para tantas otras cosas habrá mil millones de voces a favor y en contra de lo que se tercie, pero yo nunca he tenido ni creo que tenga una visión objetiva ,globalizada o cuanto menos ampliamente focalizada. Me retuerce el ánimo y me lo eleva a cotas insuperables las cosas que me suceden o que veo muy cerquita, es una de las taras de ser muy observador, y no voy a decir aquello de que me importan sobre todas las cosas los dramas individuales y humanos de las personas anónimas...oye, tengo días para todo, pero sí que entiendo muchas veces el mundo por medio de gestos y situaciones muy pormenorizadas de gente que me encuentro y que no conozco.

El aeropuerto Don Quijote ( manda cojones) está situado en pleno campo de Calatrava. Del yacimiento de Alarcos
cuyos vestigios arqueológicos evidencian la ocupación humana del cerro desde la Edad del Bronce hasta la Plena Edad Media, hasta el aoropuerto median 18 kilómetros y del Parque arqueológico de Calatrava la Vieja -es uno de los yacimientos arqueológicos de origen islámico de mayor importancia en el territorio español- hasta el susodicho aeropuerto es de 22 kilómetros. Sin embargo la distancia que hay entre las pistas de aterrizaje y el pueblo de la señora se puede apreciar en esta fotografía que es de hace un año, los edificios ya empiezan a levantarse. http://www.donquijoteairport.com/Images/obras/Noviembre06_01.jpg
Me imagino que además del trajín que conllevará este aeropuerto de iniciativa privada el ruido de los aviones será ensordecedor. He consultado foros del los pueblos colindantes y páginas web de ayuntamientos desde los que no median ni 8 kilómetros y están todos muy contentos.

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