raíl
la vida pasa entonces como un degradante tren amnésico
se inundan las venas de mapa y no se detiene nadie
a pensar en lo rojas que van las manos tras el cristal
se disparan latitudes en el cuerpo y nadie nadia a nadie
los trenes no están preparados no lo están
para soportar la seda de los enamorados cuando parten al encuentro
la hebra de amor incalculable que guardan
tanto él como la como los y las adolecen de vía cortada
Los Límites. La Garúa, 2007. Barcelona
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