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Los pies del horizonte. José Gutiérrez Román

Los pies del horizonte. José Gutiérrez Román

Imagen: Matías Miguel Clemente



Como una molécula traviesa y remolcadora me ha sacado este poema de un letargo que duraba ya bastante tiempo, desde que actualicé por última vez. Y motivos no me han faltado, viajes, estancias, vidas nuevas, en fin. Este poema que está entre tantos otros que son igual de clarificadores, de esenciales y de demoledores.

Ha sido el primer envío que ha llegado a este buzón del Piamonte, la primera carta que llegaba a esta nueva casa, a este espacio reservado a los que adoro, a esta guarida de apenas centímetros en la que deseo cada día que haya algo nuevo. Allí estaba el libro de José, pequeño, como son los libros de Adonáis, en un sobre que sólo podía ser marrón, en un papel marcado y hermoso por ser abrigo de Los pies del horizonte. A partir de ahí establecemos una relación diaria que se desarrolla todas las mañanas en el metro, entre este libro y yo. Desde Porta Nuova hasta Piazza Massaua, estos días ha sido la única parada que he tenido durante el trayecto. Los viajeros podían subir, bajar, sentarse a mi lado, golpearme las piernas con maletas, exhalar el frío en mi cara, todo ha dado igual porque este libro y yo hemos viajado dentro de otro tren más profundo, una única parada, una estación estática dentro del vagón veloz de la experiencia lectora. Gracias José.

Fernando Pessoa, en la víspera de no partir nunca.

Todos los trenes del mundo recorren mis venas,
pero sé que jamás saldré de aquí.

Todos los barcos del mundo surcan mis pupilas,
mas nunca volveré a tomar ninguno.

¿Para qué he de viajar?
¿Acaso hay algún medio de transporte
que me conduzca hasta mí?
En esta tierra de acreditados navegantes
ni siquiera yo sería capaz de dar vida

a un personaje que llegara
hasta las costas de mi ser.

Todo trayecto provoca un malestar extraño
semejante a la conciencia de estar vivo,
pues alejarse de la rutina es alejarse
del no pensar y recobrar el pulso.
Pero ¿para qué quiero yo saber que estoy vivo?
¿Acaso por eso voy a estarlo más?
No, la vida es la misma aquí o allí,
sólo el dolor varía.

Porque mudar de lugar es mudar de piel,
y, entre cambio, deja el dolor su mella
al quedar el alma desprotegida.


A menudo me acerco hasta la estación del Rossio

y, sin que los viajeros se den cuenta,
me infiltro en su equipaje.
Al igual que siempre fue mejor
pensar tonterías que hacerlas,
yo no hago viajes: yo pienso viajes.
Y así, mientras los pasajeros sudan
intentando subir sus maletas al vagón,

yo he llegado ya a París sin moverme del banco

en el que estoy sentado.

Eso es todo, nada más hay en mi vida.

Soy un sedentario sediento de horizontes lejanos.
Mas sé que mi destino es ahogarme de sed
aquí,

en Lisboa.



José Gutiérrez Román. Los pies del horizonte. Premio Adonáis 2010. Rialp

5 comentarios:

srta. cora dijo...

¿Vas a estar tú en La Roda el lunes en la participación de Fractal en el Zinexin? QUizás vaya...

srta. cora dijo...

Me lo recordó el poema...
http://www.youtube.com/watch?v=lo267BTLnZk&ob=av2e

(en concierto es todavía más alucinante)

... no hay nada como volver a casa...

Besos

karen dijo...

Hola Matías necesito que le digas a Sara que me llego su carta y me la lleve conmigo el día que me fui de vacaciones lo malo es que se me olvido alli en Alicante ..en una semana volvere a ir ..asi es que dile que en cuanto vuelva a tener la carta (donde esta su dirección) podre responderle y dile que lo siento y que espero que no piense que no quiero contestarle es solo queno tengo su dirección .. por cierto feliz año 2012

Besos Karen

Piso Piloto dijo...

¡PEAZO POEMA! ¡PEAZO FOTO! A MÍ TB ME ENCANTÓ ESTE DEL FANTÁSTICO JOSÉ. FRACTAL TRAJO MUCHAS COSAS BUENAS. BACCI.

matías miguel clemente dijo...

Y más que va a traer, no lo dudes¡¡¡ Baci a tutti¡¡¡