Páginas

Aeroplano

Imagen: Matías Miguel Clemente


La otra noche soñé que me hacía un tatuaje en la espalda, en el omoplato, y era una avioneta como ésta-mi avioneta, y de esta avioneta colgaba un tipo enganchado con una cuerda, un tipo bastante cachondo, muy esquemático, con una sonrisa amplísima que me miraba (recordemos que en un sueño esas cosas pasan: estoy viendo mi omoplato con detalle sin provocarme una tortícolis y sin mediar espejo). Sin embargo en el sueño había una inquietud resultante de ese tatuaje, y no era la sonrisa del tipo, ni que a la avioneta le fallaran los motores, la inquietud venía provocada por el tatuador que se había pasado con el cielo. Tenía todo el resto del cuerpo azul, y ya no éramos yo y un tatuaje, sino que mi existencia era ya una condición para que ese tipo y ese avión volaran y pudieran llegar a donde quisieran. Toda mi espalda y todo mi cuerpo eran azules, de un azul intenso. Mi preocupación tenía ahora el sentido que tienen los pilares de un edificio, las madres de una comunidad o el pobre y mísero Atlas. Mi existencia se prometía cielo y gravedad para una avioneta que en principio era mía, y para un tipo hecho con cuatro trazos , un tipo que sonreía y casi se reía colgado de la avioneta a través de una cuerda atada a la mano. Por un lado estaba inmensamente preocupado, ahora todo en mí era inmenso, preocupado por adaptar mi cuerpo a un mundo policromáticamente ordenado y por otro lado inmensamente preocupado por la aventura, o las intenciones de la avioneta y de su enigmático pasajero. Pero mientras pensaba en cómo encajarme en el mundo y cómo encajar a este viajero, caí en la cuenta de que alguien más estaba con nosotros, de que no estábamos solos en esto, de que había una presencia muy culpable, tan culpable que no se atrevía a aparecer: el piloto. Justo en ese momento, en cuanto caí en la cuenta de que alguien tendría que estar manejando la avioneta, el azul pobló mis córneas y me cegó, vi todo azul en un instante, sentí la gravedad en el estómago y me desperté de súbito con las manos agarrando un paracaídas.

2 comentarios:

karen dijo...

bonita entrada..un beso

matías miguel clemente dijo...

Me alegra de que te guste :)