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La mirada del héroe

Imagen: Matías Miguel Clemente




El héroe mira. El héroe mira y sabe que desde dentro, desde sus entrañas, desde las terminaciones nerviosas que producen saltos en el estómago, desde ahí, se gestan las hazañas. El riego, el flujo, el torrente sanguíneo que recorre el cuerpo y que se concentra en todo el medio, es la fuerza desde la que hay que saltar hacia el vacío. El héroe teme, no está exento de perder los nervios, de desparramar toda esa sangre y dejar que se cuele por el desagüe del miedo, de olvidarse de aquello que le enseñaron, del sosiego, de las premisas primeras. El héroe debe agacharse y buscar con sus dedos aquel hilo que le dijeron que le conduciría hacia su destino por el camino nombrado y romperlo, cogerlo con las dos manos, apoyarlo en las entrañas, donde está la sangre bullendo, y tirar hacia los lados contrarios. El héroe sabe que si quiebra su destino y lo desplaza hacia dos lados contrarios se abre otro mundo. El héroe sabe llegar a ese mundo abierto con sus manos, con sus entrañas, con su miedo y con sus nervios. El héroe es allí feliz, porque desde ese mundo la presencia es una atalaya. El héroe mira entonces de otra forma, el héroe es un gaviero, un vigía, una sombra larga que proyecta luz. Los ojos del héroe son otros, el cielo lo intuye y se agita. El héroe es capaz de agitar el cielo cuando le hierve la sangre en las entrañas. El héroe examina su culpa y le hierven las entrañas. El cielo hierve al héroe en sus entrañas. El héroe es la sangre del cielo hirviendo en sus entrañas.

2 comentarios:

srta. cora dijo...

Necesitaríamos más héroes que abrieran esas brechas, que hcieran hervir al cielo y permitirnos mirar de forma distinta.

QUé guapo el héroe de la foto.

Besos

matías miguel clemente dijo...

Hemos de permitírnoslo, ahí está la clave. Gracias por la visita, Srta.Cora.